“Los padres de Shaima han ganado.” Así empieza la información que el diario Público dedica al asunto de la niña que va a la escuela con velo en Girona. Pero no es así, no han ganado los padres, lo que de verdad ha sucedido es que Shaima ha perdido y ha perdido porque el estado español la ha dejado en desamparo.
Las autoridades catalanas han decidido que lo más importante es que la niña esté escolarizada. Pero si eso no lo duda nadie. La niña tiene que ir al colegio y sus padres tienen la obligación legal de hacer que la niña asista al colegio, como todos los padres que tienen hijos en edad escolar en España. Y si no es así existen medidas coercitivas para lograrlo.
Si vamos al fondo del asunto habría que preguntarse para qué quieren las autoridades educativas catalanas que esta niña esté escolarizada porque la educación tiene como función principal integrarnos aceptablemente en la sociedad en la que vivimos y en el caso de Shaima, estas mismas autoridades han establecido que no se integre y que viva discriminada por razón de sexo. Han decidido que perviva en España –un estado de derecho para todos menos para Shaima- una actitud discriminatoria habitual en la cultura de origen de la niña pero prohibida en España por la Constitución. Así que a esa niña de nueve años le hubiera dado igual seguir viviendo en cualquier país con leyes machistas y atentatorias contra los derechos de la mujer porque España se ha convertido, para ella, en una prolongación de ellos.
Me encantaría que cuando Shaima crezca entendiera que es libre y que no es inferior a nadie por ser mujer –aunque se lo hemos puesto difícil- y que algún día le pidiera explicaciones al conseller de Educación catalán por haberse saltado la constitución en su caso, en el caso de una niña extranjera de nueve años.
Últimamente hay muchos sesudos debates morales sobre identidad nacional, código de conducta y vestuario del español de bien y esas cosas. Juer, si por quemar una foto del rey te meten en la cárcel imagínate si lo hace una mora con pañuelo. La implican en el 11-M por lo menos.